NEBULIZACIONES EN CASA, ¿CÓMO LO HAGO Y QUÉ NECESITO?

NEBULIZACIONES EN CASA, ¿CÓMO LO HAGO Y QUÉ NECESITO?

Las nebulizaciones son un recurso médico muy utilizado para aliviar problemas respiratorios en niños.
En este artículo, te explicaremos cómo funcionan las nebulizaciones, para qué sirven y cómo pueden ayudarte a cuidar de tu familia.

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¿Cómo funcionan las nebulizaciones?

Una nebulización consiste en administrar medicamentos en forma de pequeñas gotitas que se inhalan directamente a los pulmones a través de un dispositivo llamado nebulizador. Este aparato convierte una solución líquida (como suero fisiológico o medicamentos) en una fina niebla que el paciente inhala mediante una mascarilla o boquilla.

Esta vía de administración es rápida y efectiva porque el medicamento llega directamente al sistema respiratorio, donde se necesita.

¿Para qué sirven las nebulizaciones simples?

-Hidratar las vías respiratorias:  especialmente útil en casos de resfriados, tos seca o congestión nasal.

-Aliviar síntomas respiratorios: combinado con medicamentos pueden reducir la inflamación y abrir las vías respiratorias.

-Controlar condiciones crónicas: en casos de asma o enfermedades respiratorias recurrentes, 

¿Por qué es bueno tener un nebulizador en casa?

  • Disponibilidad inmediata: Tener un nebulizador a la mano significa que puedes actuar rápidamente cuando tu pequeño esté congestionado o tenga dificultad para respirar.
  • Evita visitas innecesarias: Para problemas leves, puedes manejar los síntomas en casa con la orientación de tu pediatra.
  • Versatilidad: Sirve para diferentes situaciones, desde un simple resfriado hasta una crisis de asma.
  • Facilidad de uso: Los modelos modernos son portátiles y fáciles de operar.

¿Cuándo puedes usar un nebulizador en casa?

- Resfriados con moco espeso o tos seca: Una nebulización con suero fisiológico puede aliviar el malestar.

- Asma o bronquitis: Si tu pediatra ha indicado un tratamiento nebulizado, tener el aparato en casa te permitirá administrarlo sin demora.

- Episodios de alergias: Alivia los síntomas respiratorios causados por alérgenos.

¿Qué necesitas para comenzar?

  1. Un nebulizador: Existen modelos para uso pediátrico que incluyen mascarillas pequeñas y accesorios. En la actualidad existen diversos modelos prácticos y de costos accesibles.
  2. Suero fisiológico: Es el elemento básico para nebulizaciones simples.
  3. Medicamentos (si es necesario): Siempre bajo prescripción médica.
  4. Paciencia y calma: La primera vez puede ser intimidante, pero los niños suelen acostumbrarse rápido.

Técnica 

  1. Prepara el nebulizador: Asegúrate de que esté limpio y listo para usar. Coloca la cantidad indicada de suero fisiológico o medicamento en el compartimento destinado.
  2. Coloca la mascarilla: Asegúrate de que la mascarilla se ajuste correctamente al rostro del niño (cubriendo boca y nariz) para que no se escape el vapor.
  3. Mantén al niño cómodo: Sienta al pequeño en una posición cómoda y relajada. 
  4. Inicia la nebulización: Enciende el nebulizador y deja que el niño respire normalmente mientras la máquina trabaja. El proceso suele durar entre 5 y 10 minutos.
  5. Finaliza el proceso: Cuando el nebulizador deje de emitir vapor, retira la mascarilla y limpia el dispositivo siguiendo las instrucciones del fabricante.
  6. Limpieza posterior: Lava todas las piezas desmontables con agua tibia y jabón suave para evitar la acumulación de residuos o bacterias.

Tips para un uso efectivo

-Sigue las indicaciones del pediatra: Nunca uses medicamentos sin receta.

-Mantén el nebulizador limpio: Lávalo después de cada uso, sécalo muy bien antes de guardar y y mantenlo en un lugar limpio y fresco. Así  evitarás infecciones.

-Haz sentir cómodo a tu hijo: Sienta al niño en un lugar cómodo, explícale el procedimiento y la razón por la que se realizará, resuelve sus dudas. Si tu hijo aún es muy pequeño puedes ayudarte de un dibujo animado o  contarle una historia mientras usa el nebulizador.

Conclusión

Tener un nebulizador en casa es una excelente inversión para la salud respiratoria de tus hijos. Con su ayuda, puedes manejar desde un simple resfriado hasta condiciones más complejas como el asma, siempre bajo la supervisión de tu pediatra. ¡Recuerda que la calma y el cuidado son tus mejores aliados en esos momentos de malestar!

- Pediatra Certificada G.G.

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